Y al lado de tu nombre un moño negro
Abuelo Toño la otra vez te moriste. El Jueves. Yo ya presentía que ibas a morirte cuando dejé tus manos colgando al lado de tu cama. Presentía tu muerte con una seguridad que me dio mucho miedo mientras te veía morir. Te estaba viendo morirte. Tu muerte se puso en medio de todos mis pensamientos, y me obliga a pensarlo todo desde tu muerte. Estás muerto. Ayer en tu funeral lo pude comprobar, tu cuerpo vacío, maquillado, demasiado blanco alrededor de tu bigote. El maquillaje siempre deja un polvillo muy extraño que estaba alrededor de tu boca, abajo de tus ojos cerrados. No sé si alguna vez te miré a los ojos. Siempre traías lentes oscuros, redondos. Es algo que pasa también en tus fotos: sales con lentes. A lo mejor sí he mirado tus ojos, pero no me acuerdo o no quiero acordarme. No sé de qué color eran tus ojos. Me he sentido triste desde que sé que ibas a morirte. Fui sintiéndome más triste mientras tu muerte caminaba hacia ti. Ayer en tu funeral me sentía muy enojado. La impotencia, abuelo. Sentí una rabia ciega y extraña, sentí ganas de destruir el vidrio que encerraba tu cuerpo en tu ataud y agarrarte, tocarte la cara, la barba, sentir la temperatura de tu muerta piel. Estaba literal de mal humor porque te moriste. No quería estar en tu funeral. No tenía ganas. Y sigo triste, muy triste. La tristeza de a de veras no es azul, la tristeza no tiene color. Es transparente y transparenta lo que toca. Atrás de todo cuerpo y toda vida anda la nada, siempre esperando. Abuelo, ya no eres mi abuelo; abuelo, ya no hay nada que seas. Sólamente escribo esto porque siento que traigo colgando toda mi tristeza y tiene un peso horrible. Me siento pesado porque estoy muy triste. Me siento que la tierra me encadena de los pies, la gravedad me pone encima su mano transparente y me aplasta el peso contra el piso. Lo peor es sentir que no tengo derecho de sentirlo. Abuelo, vi a tus hijos destruidos. Sostuve a mi abuela llorando en mis brazos y me sentí un inútil ante tanto dolor. Sostuve a mi Tío Arturo mientras te rogaba que por favor ya te murieras. Eso fue el Jueves. Abuelo, antes de la noche del jueves, no le había oído la voz a mi Tío Arturo, no lo había escuchado hablar y de repente lo veo ahí, doblado, llorando, pidiendo a Dios en voz alta que por favor te llamase a su lado! Abuelo, no sé qué hacer con tu muerte. No sé dónde poner tu muerte. Todo me parece tan inútil. No sé nada acerca de los sentimientos porque no siento nada!!!! No conozco nada de la vida porque te moriste, Abuelo. Perdóname. Te pido perdón. No creo en ningún Dios y sé que el cielo está vacío, te pido perdón por voltear al cielo y no ver nada, te pido perdón por ya no poder verte. Esto es una muerte. Rompiste con la vida. ¿Qué vamos a hacer los que seguimos en la Tierra?
Abuelo, te espera la tierra
Abuelito Toño, a dónde irá tu cuerpo
¿qué hará la tierra de tu descompuesto cuerpo?
qué flor va a levantarse de entre el abono de tus huesos
dónde estarás abuelo quién te oirá decir YUJU JUUUUU
abuelo yo te voy a extrañar
abuelo yo sí me quedo las cosas las guardo
te guardo en mí abuelo porque eres inevitable
tu muerte en mi mente es inevitable tu mano cayendo enfrente de mis ojos me hace que me caiga una y otra vez a cada momento del día
lo que es no tener fuerza ni para cerrar los ojos
abuelo pensando en tu muerte me pongo muy triste
abuelo yo te percibo como un anciano venerable y aventurero un auténtico romántico que se destruyó persiguiendo el amor
y que lo alcanzó abuelo alcanzaste el amor
alcanzaste mi amor enlagrimado todo
abuelo yo te lloro sin poder respirar
abuelo es difícil
abuelo ya no sé qué sigue, no sé qué pensar
abuelo yo me siento muy indigno de guardarte luto
pero me veo incapaz de no
porque te vi morir, abuelo
estuve en la intimidad de tu lecho de muerte
estuve cerquita del fin de tu vida abuelo
vi la vida abandonar tu cuerpo poco a poco
con cariño
suavemente te abandonaba la vida abuelo
parecías prepararte mentalmente para un sueño pleno, largo, increíble,
el sueño del cual podrías despertar otra mañana, aliviado del cansancio de vivir
de haber vivido tanto
de haberte cruzado en medio de todas las vidas que esperaban en tu funeral
todos los sonámbulos y tristes que hacían tiempo dándose coraje
coraje para ir a verte muerto, abuelo
con tu muerte abuelo la realidad se hace más chiquita
la realidad sale perdiendo
debí preguntarte más cosas
debí pedirte que me hablaras a detalle de todos los nahuales, de todas las brujas del sur que transformadas en lechuzas te seguían volando
quisiera saber de brujería, quisiera seguirte yo también volando
para perseguir tu alma
abuelo,
abuelo te quiero mucho, te amo abuelo
y yo sé que me quisistes y me amastes
y todo tu amor te lo agradezco
te voy extrañar tantísimo, abuelito toño
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