Rosa rea
Ya sabía, viéndote tejerla ya sabía,
doblándole los pliegues a la rosa rea en tu red
sabía
que mis manos quedarían hechas dos tarántulas
mascotas de tu voz
dos insectos con los nidos en tus cuencas
dos arañas neuróticas y eróticas
dos cadáveres artrópodos
y 16 ojos sin mordida
que juntan el dormir con el morder;
las arañas de mis manos son culpables,
me tiendo pálido en la alfombra de granizo,
cobijados ya mis hombros con tu nieve
se han borrado de la nieve ya tus pasos,
arriba del escombro de mis hombros
yo me vuelvo olvidadizo
y el lenguaje no pronuncia fantasías,
y si no muevo mis labios tú te mueves ...
y mis manos dos tarántulas marchitas
y eres libre, rosa rea, ¡quién lo diría!
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