Diles que no se callen (!!!!)





 escuchar a Diles que no me maten es como escuchar silencio yéndose. Es ponerte a oír silencio verde. Los ruidos que ellos hacen son para mí  los ruidos que hace alguien que le tiene fobia al silencio. El cantante se pone a hablar poesía cuando abre la boca y tú sientes Ni siquiera sé cuáles son los instrumentos que componen las canciones de esta banda, todo lo que sé es que se escuchan. Nunca he entendido más la voz como un instrumento musical que entre estas canciones. Se escuchan.  Se batalla mucho para escucharlos. Se necesita demasiada audición para discernir lo que están diciendo las letras de las canciones. La canción de Cuando el sueño se rompió la he escuchado tanto que todavía no sé lo que significa nada lo que dice. Habla de ríos y de animales hechos de luz y no necesito saber más para escuchar. La voz del que habla es un murmullo. Por eso se llaman como un cuento de Juan Rulfo: no se habla, nomás se murmura. Ecos y así. Cuando grabaron Outro eran una banda muy diferente. Componían sus letras pensando en el *después*, las letras de sus canciones seguían un camino. Y sí, incluso en canciones tan abstractas como esa pueda leerse algo que es al final es una línea: dos se van de una ciudad, dos se someten a olvido y no pueden olvidar. Luego brincamos hasta Obrigaggi y son otra banda. Han abandonado la máquina (el pickup) porque esta se manejaba sola: los manejaba. Ya no están pensando en el después. Hablan, hablan, hacen ruido y descomponen audio y se escucha. Solo vuelves a escuchar su sesión en KEXP y algo te viene al alma. El wey inventó poesía en vivo. Escribió sobre la marcha una canción acerca de estar en la escuela y esperar y ver el sol enterrado en el techo. Ahí ya se habían convertido en esa otra banda, la banda que camina con los ojos cerrados, que ha renunciado a los ojos. Tacto de luz encima de la piel, aroma de ayer y de luego, muchas gracias. Ojalá no se callen nunca

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