El Michi con las mataperros

Dedico esta reseña a un compa de antaño , con el que murió una de mis vidas. 

El mensaje de esta película está muy bien: te va a cargar la chingada, quieras lo que quieras y hagas lo que hagas. Pero puedes elegir quién eres y qué quieres hasta que eso ocurra. Atenta, además, contra el deseo, que casi siempre es algo que viene de afuera, y que no tiene nada que ver contigo, pero que se convierte en el centro de ti, y te destruye. Aparte está chingón que el malo sea un cerdo capitalista, que se hunde literalmente en su ego, en el superyó. Entré con el miedo terrible de que quisieran convertir el universo de Shrek en una especie de UCM, pero no abusa de los flashbacks ni de las relaciones entre personajes de otras películas , porque la trama se sostiene solita. Qué otra cosa se puede decir, es un Michi malagueño que debe ganarse su nombre, que mata su narcisismo y que aprende a amar algo aparte de su propio personaje. Es la historia de un gatito que se cansa de ser personaje, y quiere ser persona, o gato. 
Ah, ya me acordé, por último, hay un gran uso de la fórmula de hacer más realistas los cuentos de hadas, sobre todo con la subtrama de los Ositos. Sin embargo, mi momento favorito no está en esta película, sino en Shrek 2, cuando este wey aparece por primera vez, y da la impresión de ser un forajido foráneo, temerario, invencible, para inmediatamente después ponerse a wakarear. Eso es el gato con botas, y esta película se siente como una expansión de ese momento. Muy buena, me gustó 

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