Soñarán tu cara todos los espejos
Todos los ojos en esta sala han empezado a llorar
al unísono,
sincronizados,
iguales.
Porque todos lloran por lo mismo y por el mismo.
Porque quieren al que se está muriendo.
Porque no quieren que se muera
Estos ojos lloran porque los otros olvidan.
Y las lágrimas caen.
Y la tristeza nos florece en la cara.
Alamacenada al centro,
al fondo
de lo que somos.
Y somos un sistema de tristezas interconectadas.
Qué poderosa la tristeza que siento por ti
No te vayas,
triste,
flaco,
fuerte muchacho.
No dejes solos a nuestros patios.
No dejes sordas a las paredes.
con tu silencio
No te nos vayas,
porque no podemos seguirte.
Aunque queremos y queremos.
Y lloramos y lloramos.
Y rogamos y rogamos,
no te muevas de este mundo.
Ábrele los ojos a tu madre.
Ábrele la sonrisa a tu hermano.
Ábrenos el llanto,
abriendo los ojos.
Llénate el pecho de viento.
Recuerda a los que te esperan,
y vuelve, vuelve, vuelve.
Respira.
Sigue aquí, sigue subiendo todas las escaleras del cerro.
Porque si no las subes ellas bajarán a buscarte.
Y preguntarán por ti.
Y se derrumbarán.
Todo te espera
Tus años, tus recuerdos, tus preguntas y tus certezas.
Aquí te las guardamos
Todo detenido en el tiempo
porque espera.
Porque tu sombra está donde la dejaste
Porque tu eco todavía se escucha
Porque vemos a los espejos y todavía te ven
¿Y cuántos espejos llorarán al recordar tu rostro?
¿cuánto vidrio se doblará por no tenerte enfrente?
Sé que mi espejo llorará si te vas.
Te amo y te extraño, hermano. Y mientras vuelvo a ver tu sonrisa, dedicaré mis ojos al espacio vacío que dejaste. Que nos dejaste a todos.
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