Black Widow: Un virus ocular convertido en película
Es raro ver que películas tan frías, tan manufacturadas y tan predecibles, acaben formando parte de pinches identidades completas. Una vez, en preparatoria, cuando todos estaban excitados por el estreno de la primera parte de Infinity War, decidí que sería divertido contarle un spoiler falso a un compañero que ama esas películas. Como llorando hacia adentro, comenzó a amenazarme golpeando la pared que estaba junto a mi cabeza: fuertes golpes, madrazos reales de odio puro y destilado. Inmediatamente le dije que era una broma, que no era algo serio porque yo ni siquiera había visto esa madre. Su alivio fue inmediato. Han pasado casi tres años desde aquello, y todavía no entiendo como la gente sigue enganchada a esos universos de plástico, como yonquis de una fórmula falsa. El pasado domingo, fui a ver Black Widow junto a mis amigos. Originalmente veríamos Fast y Furious 9, pero todos nos odiábamos un poco ese día, nos odiábamos a nosotros mismos y habíamos decidido castigarnos viendo algo que mi camarada Maycott llamó una película "mala mediocre", contra el "mala espectacular" de Vin Diesel. Antes de entrar a la sala de torturas que era también sala de cine, platicamos afuera de Cinemex. Hablamos, entre otras cosas y para olvidarnos de lo que nos esperaba, de las vibras homoeróticas que resuenan en Bizarre Love Triangle, de cárteles de drogas que de repente adoptan el nombre de marcas internacionales a modo de guerra económica mediática, de experiencias geométricas e imposibles alimentadas por un cuadrito de LSD. Nos sentimos felices, alejados de cualquier tipo de dolor. Y entonces caminamos hacia las puertas de la sala, ocupamos nuestros asientos, el proyector vomita luz sobre la pantalla. Y cuando suenan los créditos iniciales, la felicidad sale huyendo del cine. Es mala, cabrones, pero no se limita a ser mala en un solo sentido; hay una variedad increíble de mediocridades conviviendo en Black Widow: es una película que manipula sin habilidad y sin esfuerzo perspectivas políticas de ultraderecha; es una película mal editada, es una película mal escrita, es una película que te hace dormir y que te hace temblar de asco. También es una película de comedia. Una comedia horrible, mal montada, casi como ver al fantasma de Adal Ramones contándonos los mismos chistes que contaba en el 85.
Intentamos buscar referencias, para ver si había algo, al menos mínimamente digno, que salvase aquella colección de pendejadas audiovisuales. ¿Nuestros resultados? Son tres las principales inspiraciones de esta película: GTA V, Star Wars y Ronald Reagan. Los dos primeros como fuentes estéticas y narrativas, la tercera como espíritu político, discursivo e ideológico. Hay una escena que literalmente, sin exagerar, está calcada de un golpe de GTA V. Todo el tramo final de la historia ocurre en un escenario reciclado de la otra pendejada de Disney llamada Guerra de las Galaxias, y hay un protagonista que tiene tatuado (no estoy mintiendo) KARL MARX en los nudillos. Ese mismo protagonista recita una pieza de propaganda norteamericana preciosa: extinción del estado, creatividad en el partido comunista, libertad. Los créditos iniciales muestran a soldados soviéticos maltratando muchachas norteamericanas, mientras al fondo, como no queriendo molestar, suena Smells Like Teen Spirit en versión sad-pop. Hay una secuencia en la que Florence Pugh brinca desde una nave mal animada, mientras atraviesa una explosión salida de los efectos de Power Point. Hay una parte en la que Rachel Weisz, controlando mentalmente a un cerdito, habla sobre cómo la URRS busca el libre albedrío mediante la supresión de la identidad y la voluntad individual. Hay, desde luego, muchas otras mierdas, como el perfume de feromonas que doblega la voluntad de las viudas, la ceguera política selectiva de toda la cinta y los clichés. Pero se me deshacen los dedos si escribo sobre eso. En cierto momento, mi amiga Danny voltea sorprendida hacia mí. Yo me estoy riendo de alguna pendejada que dijo algún personaje, y ella me dice.
—Wey, no te rías, hay gente que se toma en serio esta mamada.
Todos se la toman en serio.
Al salir de la sala, me sentí lastimado, me sentí peor persona, sólo por haber entrado a ver esa aberración. Pensé en repartir volantes a todos los que quisiesen entrar en verla: ADVERTENCIA, ESTA PELÍCULA TE DEJARÁ ESTÚPIDO, TE DEJARÁ TRISTE Y ABANDONADO, A LA MERCED DE UNA INDUSTRIA ASQUEROSA, A LA MERCED DE DISNEY Y SU PUTO MONOPOLIO CULTURAL.
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