The Beginners Guide: Obra versus reseña.
Siempre que consumo, pienso y le doy palabras a cualquier obra que se me cruce, siento miedo de que en el fondo, todo lo que esté intentando hacer, todo ese proceso, litúrgico y metafísico, no sea más que una competencia, una simple dialéctica falocentrista en la que trato de ubicarme por encima: ser más y mejor que la otra. Tengo, después de todo, un montón de recursos a mi disposición. Estoy lejos, física y simbólicamente, de la autora. No conozco a la persona que programó estos mundos, páginas y encuadres. Tampoco es que necesite hacerlo para ejercer mi trabajo, pero esa distancia, quiera o no, acaba por empañar mis párrafos. Nadie me va a detener si quiero destruir o endiosar, nada me impide acumular un buen puñado de metáforas y repartirlas a través del videojuego, incluso si estas metáforas hablan más sobre mí mismo, mis miedos e inseguridades, que las de esa mecánica diálogo o escena. Puedo decir lo que quiera, porque me he tragado el cuento de que la crítica constituye un acto aparte, escindido de lo que está criticando, como un organismo parasitario que saborea un cadáver y que al final, tras abrirse paso hasta el tuétano, se aleja, orgullosa, y se convierte en otra cosa, exiliándose de lo que la trajo al mundo en primer lugar. Diría que es fácil ser vanidosa, pero la verdad que es más difícil de lo que nos gusta admitir. No podemos expresar ideas directamente, hay un código invisible que nos coarta y nos encamina hacia la retórica, hacia el urdimiento de mil y una mierdas que sólo separan al consumidor de lo que vino a buscar. Si supieras que las críticas podrían escribirse en un rato, que tú te conformarías con ellas siendo algo básico y puro, accesible... Si pudiera sacar mis ideas de mi cabeza, sin que estas se contaminen, sin que sufran durante el traslado, sin que se enfermen de semiótica y lenguaje, lo haría sin dudarlo, te las pondría en crudo, sin cortar, sin hervir, sin sazonar. Aquí está lo que pienso; aquí está lo que fui al jugar esta cosa. Porque al traer a este lado de la realidad todas esas palabras que habitan en mi cerebro, se transfiguran, moldeadas por mi terror de, en el fondo, no estar diciendo nada importante, o de no estarlo diciendo bien, o directamente de no decir, no hacer, no estar. De ser una cosa que alguien recuerda porque no está, que mi signo sólo sea la ausencia. Al final, la suma de todo esto es que cada crítica que escribo es una jodida basura que no representa lo que pienso, sino lo que quiero que se piense de mí. No me conoces y no te conozco, y ni mi obra ni tu obra nos salvará. No hay puente entre tú y yo que no se derrumbe en cuando lo pisemos; vivimos separadas por un laberinto invisible, por una torre sin altura, una prisión elaborada por nosotras mismas.
The Beginners Guide es, desde luego, un juego que va sobre todo eso. Deberías jugarlo.



Comentarios
Publicar un comentario